lunes, 18 de enero de 2016

Diabetes y escuela: Parte 1

La incidencia de diabetes tipo 1 está aumentando en los colegios y las causas no son tan identificables como las de la diabetes tipo 2. Afortunadamente, por ahora no llegamos a los niveles de diabéticos 2 en niños como sí en EEUU. ¿Qué las diferencia a una y otra?

La diabetes tipo 1 o infanto-juvenil suele aparecer como su nombre indica en la infancia o juventud. Se produce cuando unas células concretas del páncreas dejan de producir insulina. El mecanismo exacto de producción es aún desconocido aunque hay autores que indican que una alimentación elevada en azúcares procesados durante la infancia, la dieta con gluten para pacientes con sensibilidad al gluten sea o no celiaca, así como una posible infección, puede acabar  provocando que el sistema inmune reaccione contra su propio páncreas.

De una manera resumida, en este tipo de diabetes, los pacientes tienen que inyectarse la insulina porque su páncreas no la fabrica.

¿Para qué sirve la insulina?

Entre sus muchas funciones, podríamos decir que la principal es disminuir el nivel del azúcar en la sangre ( glucemia) introduciendo la glucosa en las células grasas ( adipocitos), músculo e hígado.

El azúcar en sangre se eleva principalmente al ingerir alimentos sobre todo con hidratos de carbono y azúcares (sean naturales o procesados): frutas, algunas verduras, tubérculos, arroz, pasta, pan, legumbres.
Las carnes y pescados aumentan la glucemia de manera muy reducida por lo que las necesidades de insulina en ese caso, son muy inferiores.

¿Cuál es el mecanismo de acción?

Al ingerir los alimentos ( hay otros momentos de elevación de insulina, pero nos referimos principalmente a éste), aumenta el nivel de azúcar en sangre. En situaciones normales, el páncreas libera insulina para compensar ese aumento de glucemia y permite que la glucosa entre a las células, músculo e hígado.

En un paciente diabético tipo 1, (los que tenemos habitualmente en la escuela), al no funcionar su páncreas, hay que inyectar esa insulina a través de jeringas, plumas precargadas, insuflón o bomba de perfusión. En la segunda parte de este post, explicaremos cada uno de ellos.


 











¿ Qué ocurre si no se administra la insulina?

En ese caso, la glucemia sigue aumentando. Los adipocitos ( células grasas) no pueden absorber más glucosa y ante tal saturación, sigue aumentando la insulina en sangre- En este círculo, se produce daño a órganos como hígado, riñón, ojo y en última instancia, al cerebro pudiendo producirse un coma.

¿ Qué ocurre si se administra más insulina de la necesaria?

En ese caso, la glucemia disminuye a niveles más bajos de lo deseado, y se produce mareo, debilidad, palidez, confusión y en medida más grave, pérdida de consciencia.

Por ello, los niveles de insulina a administrar están en márgenes estrechos determinados por el endocrino y el equipo de enfermería encargado del paciente.
Dichos niveles varían según la edad, la ingesta en raciones de hidratos de carbono de cada comida, el ejercicio físico, las hormonas, si hay más o menos sudoración y por las infecciones que en ocasiones aumentan la glucemia y en ocasiones, la disminuyen.

Raciones de hidratos de carbono,  ¿qué son y cómo se calculan?

De manera muy simplificada, cada ración de hidrato de carbono se corresponde a determinados gramos del alimento a tomar.  Por ejemplo, 1 ración de pan no tendrá los mismos gramos que 1 ración de guisantes, porque en este caso, el pan y los guisantes actúan de manera distinta sobre la elevación de la glucemia en el organismo.

Para ello, existen tablas y recomendaciones de las sociedades endocrinas dónde se determina cuántos gramos de cada alimento han de pesarse para las distintas raciones que tenga pautadas el paciente según su endocrino.

Ejemplo:

Niño diabético de 11 años de edad que toma 21 raciones de hidratos al día repartidos en desayuno, mediamañana, comida, merienda y cena.


¿ Qué síntomas puede notar el niño diabético?

Al comienzo de la enfermedad, antes del diagnóstico, es característica la triada :polifagia,polidipsia, poliuria ( comer mucho,beber mucho aguay orinar mucho). Una vez hecho el diagnóstico y pautadas las raciones e insulina correspondiente, si su diabetes está bien controlada, no tiene por qué notar nada diferente al resto de los niños. Si tiene hipo o hiperglucemias ( bajadas o subidas de azúcar respectivamente), puede notar que se marea, le tiemblan las manos, está pálido, sensación de hambre... entre otros signos.

¿ Qué hacer en ese momento?

Se medirá el nivel de glucemia con su glucómetro y se determinará la acción a tomar. Si está "bajito", tendrá que tomar una ración de hidrato que en función de cada niño y niveles suele ser leche, zumo, galletas, fruta... Si está "alto", en función de niveles tendrá que pincharse o no más insulina o esperar a que siga bajando naturalmente. Antiguos protocolos decían que hacer ejercicio físico en ese momento, podía ayudar a bajar la glucemia pero con niveles elevados, es contraproducente por lo que actualmente, no se recomienda.















¿ Y si hay pérdida de conciencia?

En ese caso, no se puede administrar nada vía oral y hay que inyectar un fármaco intramuscular. Hay preparados inyectables para que la familia pueda administrarlo sin conocimientos médicos en la parte externa del muslo de la pierna.















¿ Qué solución a largo plazo tiene la diabetes?

La diabetes es una enfermedad crónica que en la actualidad, no tiene cura. En un futuro, puede que se apliquen las investigaciones sobre transplante de páncreas pero por ahora, el manejo más adecuado consiste en mantener niveles aceptables de glucosa en sangre ( 80- 160 aproximadamente) para evitar daño a los órganos.
Estos niveles se consiguen con una alimentación y ejercicios adecuados.

¿ Cómo saber si está bien controlada la diabetes?

En las revisiones periódicas con el endocrino, se realizará una prueba a través de analítica que se denomina hemoglobina glicosilida. Esa prueba detecta los niveles de glucosa en sangre de los últimos 3 meses a través de la saturación de la hemoglobina. Niveles <5% son lo ideal en pacientes no diabéticos. Un control adecuado de la diabetes tendría niveles de Hb glicosilada entre 6.2- 6-8%. Niveles elevados, indicarían que no se está controlando bien.

En la segunda parte de este post, hablaré de cuál es la rutina del niño diabético en la escuela.